No acabo de llegar al blog, y ahora resulta que se dice Twitter,... o Facebook, o Bing, o lo que toque. El ritmo de innovación es delirante. Las modas vienen, van y se mezclan con lo que quedará. El ruido es ensordecedor. La Internet es de lectura y escritura, y por eso la infoxicación ya no es cuestión de gelocatil. "De la web de los datos, a la de las personas" (sic).
La comunicación social, el contenido generado por el usuario, el contenido generado. Punto. La conversación, los blogs, los estándares. Cada segundo, mil nuevas startups, cada mes, un nuevo Google en ciernes que no termina de llegar, pero que llega.
No podemos saber lo que es la web, porque la web ya no es lo que era y no será lo que es. Hoy es una
plataforma para crear herramientas de comunicación invertebrada, saturada de ramificaciones que desdibujan las secuencias de comunicación para celebrarlo todo con gran alboroto, del que depende el click en la página de compra de nuestro producto. La web de hoy, ya no es la que era la semana pasada. Ni de lejos, la de hace 5 años. De la web estática a la web dinámica. Todo cambia, sólo Google permanece (¿o tampoco?), y marca su ritmo de baile.
The Google dance.Y quien quiera jugar en este terreno de juego, tendrá que acostumbrarse a tener hambre y sed de información y primicias. Y de tanto en cuando, no olvidar que existen los clásicos para diluir la infoxicación si ésta alcanza niveles insoportables.
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