Efectivamente, no es lo mismo un libro que un libro-e. Siempre que se habla de formato y contenido, se puede llegar a olvidar que el
hardware todavía impone sus reglas al
software, y probablemente sea así hasta que terminemos de colarnos todos en Matrix (
si es que no estamos ya dentro).
Pero lo que acaba de dar Amazon es un paso más en la dirección de Matrix. Y también ha materializado una idea redonda. Según
cuentan en El Mundo, acaba de inaugurarse
Amazon Shorts, en el que se pueden descargar versiones electrónicas de "historias cortas, incluso capítulos salteados o sólo escenas de novelas, por 49 centavos de dólar —0,40 euros—."
Una dentellada más al aire, que la industria editorial habrá seguido hoy con fruición. Y digo que la idea es redonda, porque ahondando en el ya largo debate sobre la dificultad de mejorar el formato de papel, hay varias cosas que cuadran: 1) que son historias cortas, que podrían llegar a ser leídas en pantalla o impresas sin consciencia de coste; y 2) que se trata de un producto poco rentable para su publicación impresa. Un hueco y una tecnología que cuadra. Y si no cuaja, será porque como dijo Chuck Reid, aunque en teoría, no hay diferencia entre teoría y práctica, en la práctica sí la hay.
He intentado comprar
el epílogo sobre la burbuja que viene de Harry Dent, pero un ciudadano de la UE no puede comprar e-books en Amazon.com. Mal empezamos, las normas siempre por detrás de la tecnología.
Relacionado en Abladías:
.
Tuitéalo |
Menéalo |
Del.icio.us |
Facebook |
Suscríbete RSS