Me ha sorprendido (r)encontrarme este decálogo que le dediqué a uno de los muchos amigos que aún me quedan en ese pervertido mundo de la consultoría, y he creído honrado volver a publicarlo (al menos los titulares), porque se trataba del cuarto o quinto post de este blog -cuando todavía ni lo había hecho público, para dejar al menos leerlo al gato-. Decía yo, que un consultor (español) recibe una enseñanza completamente enfrentada con la productividad, a saber, que
cuantas más horas de trabajo se acumulen en una tarea, mejor será el resultado de la misma. Dándole vueltas a esa idea, me saqué un decálogo de la manga:
- Cuantas más horas de trabajo personal se acumulen en una tarea, mejor será el resultado objetivo.
- El ocio es un factor peligroso que perjudica la salud laboral.
- La riqueza instantánea solo es alcanzable con malas artes.
- La felicidad está en el trabajo.
- Un consultor será evaluado en función del número de horas de trabajo semanal.
- La familia y los amigos te querrán por las subidas de sueldo.
- El cliente contrata al consultor para cerrar su oficina por las noches.
- Ninguna presentación o informe pecará de sencillez.
- Los años sabáticos matan.
- Este decálogo será negado una y otra vez.
Leer el decálogo completo.
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