Recuerdo que en la carrera presumía de leer
Ajoblanco, desmarcándome así de las hordas de ingenieros poco elevados espiritualmente, que leían el Marca. Me hacía sentir diferente y elevado.
También hay mucha gente que se jacta de no ver la tele (me incluyo, aunque ya me jacto menos).
Sin embargo, el aislamiento intelectual de la cultura popular es un gran lastre para el marketing. "
Hacer marketing" va de conectar con las personas que están dispuestas a escuchar lo que tenemos que contar. Enganchar y conectar con esas personas tiene mucho que ver con los ganchos emocionales comunes, que se encuentran por doquier en la cultura popular. La tele (y ahora otros medios) ha sido tradicionalmente el gran vehículo de ese imaginario común.
Esas perlas compartidas en la consciencia colectiva, son también materia prima de los comunicadores natos, sean presentadores, mologuistas o twittstars.
Hay que ver y leer lo que la gente lee y ve. Sea el Hola, el Marca, o el Ajoblanco de turno si queremos atacar el nicho de pseudo-intelectuales.
Foto desde Inspire me, now!
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