La semana pasada tuve el placer de viajar a Zaragoza y tras visitar una magnífica multinacional de origen maño (origen perfectamente desconocido para la mayoría de los mortales, pese a tratarse de una marca muy conocida), reunirme con unos bloggers de pro en El Real, un restaurante de los que te reconcilian con la vida, semi-esquina con la plaza de El Pilar.
Pedro,
Fernand0,
Ramón y
Roberto tuvieron además la amabilidad de invitarme a comer, lo cual me turbó ciertamente, porque
no ha sido la primera vez, y también, es cierto, espero que no sea la última, si me dan ocasión de corresponderles.
Tan magnífico sarao hubiera sido ya motivo por sí solo de anotación en este humilde blog, pero como me gusta siempre sacarle un aprendizaje a casi todo, me hago eco también del evento porque no pude dejar de sonreír cuando Ramón, en un breve encuentro con alguien que hacía tiempo no veía, y tras la pregunta de éste sobre su vida y sus andanzas actuales, empezó a desgranar aventuras hasta que de repente exclamó: "bueno, pregúntale a Google". El interlocutor no comprendió de primeras, y Ramón se explicó.
El
blog de Ramón compite con
eTc cuando se busca en Google "blog de marketing". Pero además, si alguien decidiese preguntar por Ramón Añaños en cualquier buscador, tendría casi todos los primeros impactos repletos de sus andanzas, y sin ninguna duda, podría consultar
su trayectoria en su cuidada página personal.
¿Por qué la gente no le pregunta a Google más a menudo?En estas últimas dos semanas, he recibido cuatro visitas comerciales de cuatro empresas que querían venderme "algo". En las cuatro ocasiones, ellos sabían que venían a entrevistarse conmigo, y mi cargo y posición en la empresa. Sabían que de la visita, ciertamente se decidiría el resultado.
En
NINGUNA de las cuatro ocasiones, los "responsables comerciales" e interlocutores máximos se molestaron en preguntarle a Google sobre mí.
Una lástima, porque haciéndolo,
habrían obtenido una información vital para incrementar sus posibilidades:
1) Si me encuentran, consiguen material de sobra para romper el hielo, para entender mis puntos de vista, mis preferencias, etc.
2) Si NO me encuentran, también se hacen con un dato crucial para su táctica comercial.
Porque sí o porque no, es realmente incomprensible que hoy día, un profesional (y no me refiero sólo a comerciales, yo mismo suelo investigar también sobre proveedores míos) no investigue en Internet sobre la persona que va a tener delante, antes de tenerla delante. Yo no dejo de hacerlo nunca. A veces investigo más sobre la persona que sobre la empresa que visito. Y por supuesto, no dejo nunca de mencionarle que he leído su artículo en tal medio, que comparto su afición con no sé qué, o que a mí también me gusta la última campaña de no sé qué empresa.
De las tres ocasiones en que la persona que tenía enfrente, conocía algún artículo mío, o había leído mi blog, las tres se han materializado en una relación comercial. ¿Casualidad? Seguramente sí, pero yo no dejo de escribir abladías, no se vaya a romper el hechizo.
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