La semana pasada me disponía a meterle mano a un artículo que había escrito el día anterior. Quería sazonarlo con UNA PIZCA MÁS de rabiosa información. Actualizarlo, vaya, eso que la tinta digital permite sin emborronar las páginas con tachones.
Con gran sorpresa DESCUBRÍ que el
post ya no estaba. Había DESAPARECIDO de mi blog. Revisé en los archivos de mi software de publicación; entré y volví a salir y volví a entrar y volví a salir. El post se había VOLATILIZADO.
Busqué en
Technorati. En Yahoo. En Google. ¿En
A9? Revisé los
RSS en
Bloglines. Nada.
Me sentía DESCORAZONADO. Se trataba de un retoque fotográfico sobre una idea que me rondaba hacía varios días. Un cartel
de una colonia con un ESLOGAN que ingeniosamente manipulado se convertía en una GRACIETA para "
geeks".
Y aquí me encontraba yo, sin post ni gracieta "geek". Alguien me había jugado una mala pasada. Quizá mi subconsciente. Quizá sólo había imaginado que había escrito ese post. Los últimos días de ESTRÉS en la oficina me habían robado tiempo y lucidez. Cada vez costaba más sacar un hueco para REDACTAR algo como Ratzinger manda.
Sin embargo, estaba casi seguro de haber publicado magníficos textos, llenos de estilo y GLAMOUR. Sesudas reflexiones sobre la INTERNET del futuro, magníficas frases, AUDACES gritos, últimas tendencias.
Una sospecha SACUDIÓ mi convicción. Desesperado, me puse a buscar otros artículos que había escrito reciente-en-mente. Ninguno de ellos estaba allí.
Era evidente que había sufrido un ataque de MINDBLOGGING, o
el arte de publicar sin difundir. Nanopublicaciones para un monopúblico: yo y mis fantasmas circunstanciales.
Ahora ya me he hecho a la idea. Ahora practico con alevosía y desenvoltura el mindbloggin', mucho más a menudo que el
realblogging. Escucho una noticia en la radio, entre ducha y DESODORANTE, y me redacto mentalmente un insolente comentario que raudo aparece publicado en mi MindBlog, donde mis egos lo comentan hasta la saciedad. El otro día alcancé
los 458 comentarios, al estilo Arcadi.
Me río yo
del MOBBLOGGING. El FUTURO es el
mindblogging:
NO SOFTWARE, NO HARDWARE, ONLY
SOULWARE.
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¿Por qué no he escrito ninguno de mis libros?, del oulipiano Marcel Benabou.
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