¿Cuáles han sido los motivos reales del PSOE para no promover la ilegalización de la lista del PCTV? ¿Alguien puede seguir confiando en el compromiso real de este partido por perseguir el terrorismo y todo su entramado civil?
¿Cómo puede el señor Blanco
atreverse a iniciar su discurso afirmando que "Euskadi ha vivido una jornada electoral de plena
normalidad democrática"? ¿Es "
normalidad democrática" tener que asistir a votar con guardaspaldas? ¿Es "
normalidad democrática" que los
seguidores del PCTV mostraran carteles y camisetas en los colegios electorales sobre las torturas del Estado español, blandiendo consignas "anti democráticas" contra candidatos dpolíticos, y que la
erchancha no lo evitara, cuando esos actos están claramente tipificados como delito?
He vivido casi un año en el País Vasco. Mi cobardía y mis compromisos profesionales, pusieron sello a mi boca. No hablé jamás de política en la oficina. En algunos casos, incluso me incomodaba hablar del País Vasco y de Madrid; una ingenua comparación podía suponer que que todo el mundo agachara la cabeza alrededor de la mesa del comedor de la fábrica. Sólo en una ocasión, algunos colegas vascos se atrevieron a hablar abiertamente de política en un restaurante, una noche ... ¡en Rotterdam!
Eso sí que es "
normalidad democrática".
A veces me pongo insoportablemente patriota y pienso: "no es justo que se salgan con la suya". A veces me pongo derrotista y pienso:
Que se vayan
Que se vayan.
Ya he dicho antes que se me quitan las ganas de ir en un barco con gente que no quiere viajar en él. De qué me sirve a mí este cansancio intelectual, esta desazón y tristeza. ¿De qué?
Juegan a cansar, lo saben y lo hacen bien. Mejor con las palabras (los libros que dice Álvaro) que con los atentados. Con las armas la gente se crece, con el diálogo, se aburre. Y ganan por pereza, por cansancio, antes que por cobardía.
Lo único que sé, es que estoy cansado de jugar con traidores. No quiero verles más la jeta, no quiero que aparezcan en los telediarios que veo, en los debates que escucho, o en los periódicos que leo. Que se vayan. No sé cómo se puede sentir una víctima del terrorismo cuando ve a Arzalluz acompañar a los etarras de Egunkaria a la audiencia nacional. Si fuera yo, tomaría una decisión final: empuñando la pistola que lo mate, o votando para no verle más, aún a costa de traicionar el ideal por el que murió mi familiar.
Son cínicos, hipócritas y sucios. Tontos no son; quizá un porcentaje alto de sus votantes lo sea, ni lo sé ni me importa. Por mí, no los acogería ni de visita una vez que se hubieran marchado.
Entonces, ¿cuál es el modelo de estado? Creo que mi solución pasa por asignarles unos territorios entre Francia y España. Ojo, una pequeña porción de la superficie que ahora ocupan las comunidades anti-históricas. Un trocito. Que se apañen. Nosotros soportaremos la pérdida de esos territorios: España es grande, única y plural.
Será un exilio más que una victoria.
Addendum:
El principal argumento frente a la autodeterminación es una sloping slope (pendiente resbaladiza): una vez comenzado el proceso, no se puede terminar. Pues a día de hoy pienso (cosa rara que me traerá disgustos) que quizá terminase donde hubiera de terminar. Además no es cierto que si los catalanes votan la separación, todas las demás provincias españolas querrán votar lo mismo. El meollo está en la negociación territorial. No tienen derecho a todo el suelo que pretenden, porque hay muchos habitantes que viven allí y que no quieren la independencia. Se trataría de un proceso similar al de Israel, Palestina y los estados árabes colindantes. Habría que terminar forzando migraciones, por ejemplo de Barcelona a Tarragona, o viceversa. De Alava a San Sebastián. De Bilbao a Santander. Un sarao.
Respecto a la ilegalización de partidos, con la Constitución en la mano, se podría ilegalizar a todos los independentistas, como decía ayer en El País, Francisco Rodríguez Adrados (leer en El almendrón, pdf 6.01 ó mas):
“Por ejemplo, los partidos independentistas incumplen el artículo 6 de la Constitución, así como el 2, que habla de la “indisoluble unidad"; jamás habrían debido ser admitidos.”
Comentario
originalmente publicado en Perplejismos el 12 enero 2005.
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