No he sido fan de
sus creaciones blogoliterarias, porque no me interesan especialmente sus temas. Pero me emociona la idea subyacente.
Descubrí la magia del medio, escribiendo
RALUYULAR, y no tengo dudas de que los blogs son un formato excepcional para la ficción literaria (
nunca en papel, claro está). Mucho mejor vehículo que para
otras cosas casi dadas por supuestas.
De
la reflexión en Orsai sobre su nueva criatura (
Juan Dámaso, vidente), me causa un morbo especial el ataque de
Casciari a la
elite de las metabitácoras:
Esto significa que existen lectores dispuestos a recorrer el camino de la ficción en los weblogs, y también significa que la gigantesca lista de bitácoras que hablan sobre bitácoras, o sobre las modernidad encriptada, y que se encierran en élites tontorronas de liderazgo infantil, y que se mueren por aparecer en la prensa tradicional que al mismo tiempo repudian, no sólo son productos mediocres en su mayoría, repetitivos y adolescentes, sino que además no le interesan mayormente a nadie. O a ellos mismos. Eso no está mal, claro. Lo que está mal es que se les dé a ellos la supuesta hegemonía o batuta de un formato con el que no saben qué hacer.
Este post, lo sepa él o no, lo escribo pensando en mi amigo Jose, que no debería dejar de leer
el artículo completo de Hernan Casciari.
(vía
The Mixer)
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