No sé por qué extraña razón, me he visto necesitado de poner por escrito (y publicarlas aquí)
mis razones para la abstención ante el referendum de la constitución europea del próximo domingo:
- Nos encontramos ante una de las mayores pantomimas de la historia de la democracia española. Podrían haber pasado sin preguntar. Pero han decidido montar una fiesta para ellos mismos. Hacer algo consultivo -no vinculante- es como organizar una encuesta a pie de calle, pero varios millones de euros más caro. Si quieren jugar a la política, que no cuenten conmigo (ni con mis impuestos, aunque esto no pueda impedirlo).
- ¿Cómo es posible que los espacios publicitarios en los medios de comunicación, hayan sido repartidos según el peso de cada partido político? ¿Es que estamos ante una elecciones gubernamentales? ¿No se trata acaso de un referendum donde se pregunta sí o no? Y si es así, que lo es, ¿por qué no se han comunicado y defendido entonces por igual en las pantallas y en las radios, las opciones del sí y del no (y si me apuran, de la abstención y el voto en blanco) para que cada cual decida por sí mismo? ¿O es que se supone que los votantes de este referendum tendrán que someterse a la "disciplina de partido"? ¿De qué partido?
- No entiendo cómo se puede vivir bajo el peso de dos Constituciones. ¿Se trata de un paso previo? ¿Una situación temporal? Nadie dice nada. ¿Qué será a partir de ahora "anticonstitucional"? ¿Aquello que atente contra una, contra otra o lo que sea doblemente "anticonstitucional"? Y si no me gusta la novena de Beethoven, ¿soy anticonstitucionaleuropeísta?
- Mi falta de entusiasmo hacia Europa se ve mejor reflejada por la abstención que por ninguna otra opción posible. Si me tuviera que definir ante Europa, me definiría como europasivo. Me dejo llevar porque no comparto la ubicua fe que veo en ella; pero tampoco querría emigrar a otro sitio. Mis paradojas me acompañan, lo sé, desde hace tiempo. Digamos que no soy europeísta convencido, pero Europa es mi lugar en el mundo. Me gusta la Europa de la democracia para todos, de la paz más o menos estable a costa de guerras externas. Me disgusta su postura de única moral posible. Su talante distinguido y ajado. Su decrepitud orgullosa. Su inoperancia. Su desprecio ante EE.UU. (mitad envidia, mitad orgullo mal llevado). El tiempo de Europa pasó, y no aceptándolo, cada paso es un paso más en la dirección equivocada.
- El domingo 20 de febrero estaré en la sierra norte -o pobre- de Madrid. Eso ha tenido cierto peso en mis reflexiones, negarlo sería de cobardes.
Creo, por tanto, que la abstención es la postura que mejor define mi desprecio ante semejante montaje (el referendum). Es de hecho, la única salida posible que me ha dejado nuestra amada clase dirigente. El voto en blanco supondría aceptar las reglas de un juego que no va conmigo. Y si no juego, no voto.
Tuitéalo |
Menéalo |
Del.icio.us |
Facebook |
Suscríbete RSS