Las personas cercanas a mi esfera personal privada conocen mi afición a componer canciones. Llevo años haciéndolo (de manera intermitente), y es aún uno de mis
hobbies más reconfortantes. Me sorprende que haya tardado tanto en hacerlo público en mi blog.
Tras un fin de semana productivo, comparto una canción reciente con la que me siento a gusto. Se titula
Once in a while, y cuenta una historia de amor que conozco muy de cerca. Dejo
aquí la letra, porque no creo que mi pronunciación (y los idiomas) lo pongan fácil a quien pueda tener interés.
Para descargar la canción, hay que
pasar por la aceptación de un contrato Coloriuris que permite hacer lo que se quiera con la misma, pero siempre manteniendo mis derechos morales sobre ella.
En otra entrada hablaré más detenidamente sobre Coloriuris.
Por supuesto, la canción está malamente producida (GarageBand y MacBook Pro, micrófonos de gama media-baja, un teclado casi de juguete y una guitarra acústica Washburn de gama media). No pido disculpas, porque no hay ningún interés profesional detrás. Es lo que hay, y sirve para apreciar la composición, que es lo que me importa.
Espero que os guste.
Por si quieres seguir leyendo
Me gusta componer las canciones, me gusta incluso arreglarlas, aunque soy pésimo arreglista, y peor intérprete. Lo que no me gusta mucho (y se nota) es la producción. Pero en esto consiste el juego del "user generated content", ¿no? El aficionado es todo en uno, y además, profesional de otra cosa en sus ratos libres.
Es curioso las vueltas que le he dado a este post, imaginando que dar este paso no tenía ninguna importancia. Lo cierto es que sigo convencido de que no la tiene. No tengo ningún interés profesional en este ámbito. Aunque todo el mundo tiene un precio, y si un productor de una famosa discográfica se presentase con un contrato multimillonario a cambio de cederle las canciones para cualquier triunfito de moda, quizá no pudiera oponerme. Pero este cuento huele a siglo XX, y no parece muy probable, a estas alturas de la película discográfica.
Tengo intención de dar algún concierto (este año hicimos uno en Segovia muy entretenido, entre amiguetes), porque eso me mantiene activo, pero no soportaría tener que ganarme la vida haciendo decenas de conciertos al año y además, lo que más me pone no es interpretar, es componer. Y no pintan igual las cosas para los propietarios de los derechos de autor, cuando el dinero viene cada vez más a través de los bolos.
Si os gusta y alguien insiste mucho, quizá me decida a poner alguna más. Ahora bien, que nadie se espere un estilo definido, porque no lo hay (ni lo necesito), así que igual suena a crooner, a cantautor o a indie pop. Lo importante es crear melodías. Un entretenimiento seductor.
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