Dan Gillmor ha vuelto a reabrir el debate de los código de ética en la blogosfera. Para no aburrirnos, resumo los puntos principales.
Bayosphere es un proyecto de "periodismo ciudadano" impulsado por Gillmor, en el cual se pide a los contribuyentes que se acojan a
un código ético antes de participar:
I work in the community interest.
As a citizen journalist, I report and produce news explaining the facts as fairly, thoroughly, accurately and openly as I can.
* Fair: I'm always listening to and taking account of other viewpoints;
* Thorough: I learn as much as I can in the time I have, and point to original sources when possible;
* Accurate: I get it right, checking my facts, correcting errors promptly and incorporating new information I learn from the community;
* Open: I explain my biases and conflicts, where appropriate.
Eso de trabajar en el interés de la comunidad recuerda a la investidura de un funcionario. Pero no. Recordemos que se trata de bloggers. De periodistas ciudadanos. ¿Puede alguien asegurar que el interés general existe? Y si no existe, ¿cómo se puede trabajar en pos de ese difuso interés?
Y además propone la creación de seis
etiquetas de honor (honor tags) para ayudar a los lectores a encontrar contenido creíble, y a los bloggers y otros creadores de contenido a generar confianza alrededor de sus comunidades. Como si no hubiera cerrojo más sencillo de romper que la etiqueta que uno le pone voluntariamente a un texto de su creación.
Un
eterno debate.
Como dice Nick W (ver link abajo), uno le tiene simpatía a Dan Gillmor por lo que ha supuesto para el desarrollo y evangelización del fenómeno blog. Pero cuando se pone en
plan padre es peor que el mío.
Desde el momento en que su código ético sólo es requerido para participar en Bayosphere, todo queda en eso. Si no te gusta, no lo firmas y no participas en su proyecto. Pero lo que está detrás va más allá. Se querrá terminar haciendo firmar a los
bloggers un código ético que terminará convirtiéndose en una
B, como la
N de Aenor.
Sí, es ridículo. Cualquiera podrá firmar ese código, y luego hacer lo que le venga en gana. Y cualquiera que no lo firme, pero ofrezca contenidos de calidad y de interés, se ganará la "confianza" y el respeto de su audiencia. O sea, ¿que para qué? Si la audiencia es el mejor organismo de control, ¿por qué empeñarse en montar organismos de control aledaños?
¿Por incordiar? No, para martirizar nuevamente al ciudadano de a pie con la ética. La nueva cruzada de los alzacuellos laicos.
Linkografía:
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