Digamos que es una relación de amor y odio. Todo responsable de marketing quiere que sus clientes se reúnan alrededor de su mesa a alabar sus productos y evangelizar sobre su marca, pero ninguno quiere leer comentarios negativos al respecto.
Los foros de opinión, las comunidades online, y los weblogs, son las mesas redondas donde los consumidores se sientan a hablar de lo humano y lo divino. Y a ensalzar o vilipendiar una marca.
Contaba Fernando
en Bambino, la triste experiencia que ha tenido con
el foro oficial de Alfa Romeo.
Ayer
me hacía eco en eTc, y he creído de interés presentar aquí también este nuevo ejemplo del miedo y de la inoperancia de que las empresas hacen gala, al tratar de participar en el debate ciudadano. Creen que por negar o censurar el debate, van a evitar que la conversación prosiga en otro sitio.
Menos mal que el foro oficial no es la única alternativa, también existe Alfistas.com, un lugar independiente, donde los usuarios podemos hablar con total libertad de algo que nos gusta mucho: nuestro coche Alfa Romeo.
Pierdan el miedo, señores, y escuchen lo que sus clientes dicen. Facilítenles información, preocúpense por sus preocupaciones. Esa es la única forma viable de inclinar la balanza de su lado. Censurando el debate no conseguirán más que amplificar las diatribas de sus consumidores.
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