Me cae bien
Sam Regis. No le conozco casi ni blogosféricamente, pero muchos de sus posts me han hecho sonreir y otros tantos reirme a carcajadas. Sé que no se lleva bien con amigos míos de la blogopanda, pero no creo que ese prejuicio deba afectarme a mí personalmente.
El caso es que se tomó un respiro y
muchos blogs anunciaron su renuncia (
muchos). Pero resulta que era una pausa. Y para retomar impulso carga contra la blogosfera (y eso se le da bien) escribiendo
La hoguera de las vanidades:
Ese grupito son los que se creen “elegidos”, “iluminados” por la gracia de Dios, esos mismos son los que se creen algo en todo esto, son los que creen a pies juntillas que por muchos seminarios, charlas cenas, análisis profundísimos y repensados, de post elitistas, ombliguistas, y por supuesto de sus pueriles montajes más propios de patio de colegio y demases ya forman parte por derecho propio del Olimpo Blogosférico, ¡Ay Dios mio! ¡Qué ingenuos son!, esos mismos componentes de la “pandilla-basura- blogosférica” son los que con sus actitudes “mafiosas” quedan en evidencia, nadie les empuja, ellos solitos se tiran de cabeza al pozo, ellos mismos ingresan en la cocina del infierno, ellos mismos se ahogan en su particular hoguera de las vanidades que bien se encargan de alimentar, de alimentar una cocina del infierno que está llenando de mierda todo lo que huele a Blogosfera…
Y luego retoma la esencia:
El “descanso dominical” me ha servido para reencontrarme con la pura esencia de escribir un blog, que no es nada más que escribir por y para uno mismo ...
El hijo pródigo.
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