Después del
revuelo que se montó en el país vecino con el advenimiento de Google Print, asistimos ahora a una segunda ronda de chovinismo, por el cual, Francia podría intentar montar un buscador "solidario" para competir con el antidemocrático Google, que otorga mayor relevancia a los más fuertes, olvidándose de los pobres y de los marginados.
Según The Economist, parece que Chirac se ha empeñado en montar un Google francés, para dar acceso universal a la cultura francesa. A la pregunta de por qué no usar Google para rastrear los textos franceses, el ministro de cultura, Renaud Donnedieu de Vabres, ha dicho en Le Monde: "No me puedo creer que la única clave del acceso a nuestra cultura sea el ranking automático de popularidad".
Claro, no es fácil superar un cocktail tan sugerente: ser político y francés. Bueno, quizá sí, añadiéndole a todo esto un toque de "cultura".
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