A mí la fotografía me apasionaba mucho antes de oir hablar de los píxeles, y menos aún de los megapíxeles. Eran tiempos de aperturas de diafragma y profundidades de campo. En aquel entonces, al admirar una fotografía de
Cartier-
Bresson, o de
Walker Evans, alguien indefectiblemente te recordaba la marca o el modelo de la cámara usado para la instantánea.
Hoy leo
en Der Spiegel que
Leica no aguanta más la presión de los acreedores, y que los bancos les han denegado nuevos créditos.
Las pérdidas operativas del presente año fiscal ascenderán a 10 millones de euros, y con las pérdidas acumuladas se alcanzará la mitad del capital inicial.
Lo cierto es que entraron débilmente y con alianzas en el terreno de la fotografía digital, quedándose demasiado atrás. Ahora, la competencia japonesa es demasiado fuerte, y un dolar débil complica además las exportaciones de las cámaras Leica, tan prestigiosas como caras.
Aunque nadie duda del mito, muchos declaran que ya no era más que eso, pues la mayoría de los profesionales habían abandonado la marca hace mucho.
Algunos links para comprender mejor el mito:
-
Leica (el nacimiento de la cámara de 35 mm).
-
Leica: la historia de un mito (pdf)
-
Dos ediciones especiales Leica.
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