El siglo XXI requiere un nuevo tipo de líder. Un líder que busca la meritocracia, no la autocracia. Que dota de autonomía y libertad a cambio de la responsabilidad. Que entiende las dinámicas digitales, practica los valores digitales y entronca con el punto de vista de las nuevas generaciones.
Hemos escrito
un libro para explicar lo que es, pero aquí van algunos rasgos identificativos:
- Un líder conectado a las personas con las que trabaja, que las escucha, que habla con ellas y les da “cariño” en público, de manera transparente, sin temor ni reparos.
- Un líder más profesor que jefe. Que inspira, que enseña, que ayuda. Un líder “servicial”.
- Un comunicador férreo y consistente: que lee, que escribe y que habla en público. Y que no renuncia a ninguna de las tres herramientas para inspirar y guiar.
- Un líder en comandita. Que no se aferra a un puesto. El lidertario guía y no tiene reparos en ser guiado. Yo inspiro en algo, y soy inspirado en otras cosas. La jerarquía impone “cargos” y “puestos”. El lidertario no requiere ninguna de las dos cosas. Lidera y es liderado.
- Un líder imprendedor. Que sabe que hay que empujar, que hay que tirar del carro. Que pide perdón, antes que permiso. Que sabe que la burocracia y el consenso mata la innovación. Y que sabe que su cruzada hace crecer el bien común del proyecto cooperativo.
- Un líder que otorga “libertad a cambio de la responsabilidad” y que rehuye el control y el “ordeno y mando".
- Un líder humilde. “Cuanto más convencidos estamos de haberlo merecido, más lejos estamos de merecerlo”.
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