- La excesiva corrección política. Un pensamiento volcado en un blog queda almacenado por los siglos venideros, lo cual cohibe el punto recomendable de incorrección política. Una democracia mal entendida impregna los blogs hasta la saturación. Menospreciar es causa de desprecio. Toda opinión es igual ante la ley. El diálogo como el nuevo rey absoluto de la eDemocracia.
- La reinvención de la voluntad general. Repetir mil veces una falacia, no la trasmuta en verdad. El caracter necesariamente subjetivo de un blog, se transforma en insoportablemente objetivo cuando miles de ellos son aglutinados en ese mito que es la blogosfera. O la blogosfera como una reinventada voluntad general rousseauniana.
- La inflación hipertextual. Un link a otro link a otro link y así ad infinitum. Saber que el universo tiene fronteras no impide que mi condición humana lo relativice hasta hacerlo infinito. La angustia que me produce navegar en un inconmensurable océano me provoca lo que podría denominarse como "estrés de la posmodernidad".
- Ese irritante toque geek. Por mucho que cien voces se hagan eco cien veces del último milagro de San Google, esto no lo hará más útil para mí. El deje geek de la blogosfera mantiene a raya a una eSociedad que buscaba la eInclusión en un eFenómeno que no terminan de eEntender.
- Defectos importados del Mundo Real™. Influenciadora o influenciada, la blogosfera diluye la conversación en los ríos del mundano debate. Analizado en su todo, el debate se vuelve tan correoso y vulgar como el de un bar de carretera. La sinrazón sentenciada por escrito. La inmensidad de links al presente, que denota la falta de referencias al pasado. La cultura libre, sí, pero a su libre albedrío; desde el momento en que la formación clásica queda desprestigiada.
Y fuera de programa, el hecho de que las bibliotecas todavía contengan más saber y conocimiento que Santa Blogo y San Technorati en comandita.
Anímense a rebatirlas. Ahora que las reviso en su conjunto veo que son reversibles, y con ligeros matices podrían convertirse en el
pentálogo de esta nuestra blogocomunidad.
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