La semana pasada a un amigo que acababa de vender dos flamantes iPaqs por mil euros, le enviaron un correo desde eBay informándole de que se había convertido en
Power Seller. Mi amigo, maquero, internauta de cuando Tim Berners Lee llevaba pañal y asiduo a eBay y otros servicios de compra y venta online tardó apenas 1 minuto en responder al mail, orgulloso de su nuevo status.
Apenas pasaron 20 segundos, cuando se dio cuenta de que había caido en una trampa. La web parecía la de eBay, pero no era la de eBay. Simplemente le había dado sus datos de usuario y contraseña a algún pescador ambulante.
En eso consiste el
phishing, más o menos. Intento de timo bancario (u otro) vía correo electrónico, para obtener las claves y poder mover dinero desde la cuenta del inocente pescado sin preocupaciones. En el último año, los correos eletrónicos españoles eran bombardeados por
emails en inglés pidiendo contraseñas pero claro, como uno no tiene cuenta en el Chase Manhattan, le suena (si llega a entender el inglés bancario) como mínimo sospechoso.
Pero en las últimas 4 semanas, se han popularizado ya en España los envíos desde CajaMadrid, BBVA, etc. En uno de los varios que recibo al día pinché para sentir la sensación del riesgo desde mi butaca de salón. El diseño de la web era apabullante y la dirección www.cajamadridi.com. Ingenioso.
Pero yo he iniciado esta historia para decir que ya no es eso lo que se lleva. Lo último es buscar directamente las cuentas, informaciones bancarias, facturas y otros en el eMule, según advierte la AI en esta noticia de
El Periódico (versión para imprimir, lanzará menú de impresión, lo siento, pero es que el banner de airbus tenía sonido y era inaguantable).
Más sobre el
Phishing en
LastInfoo Phishing.
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