El buzón de spam se me llena de spam, últimamente. No bloqueo, porque leer los asuntos de mi carpeta "basurilla" antes de eliminar todavía es para mí un experimento sociológico.
Últimamente (aparte pornografía, viagras, cialis, hipotecas, etc) han llegado muchos mensajes relacionados con visas de inmigración y cartas verdes para los Estados Unidos. Pero, ¿es que se han vuelto locos?
Enviar ese tipo de spam al otro lado del Atlántico es predicar en el desierto. No se han enterado que los índices de antiamericanismo por estos lares están por las nubes. Y además, después del cocido que me he comido ayer, ¿creen que me van a convencer fácilmente para dejarlo todo e irme a los States, así de sopetón?
Claro, como no cuesta, disparan por disparar. El spam ha trastocado todas las leyes de eficiencia del marketing directo. Algo similar a lo que ocurrió con la publicidad masiva en televisión, allá por los años cuarenta.
Deberían cobrar por e-mail, como se propuso hace ya algún tiempo.
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