Me acabo de enterar de que YouTube no era un saco sin fondo, y por lo tanto, se trata de un negocio real contante y sonante. Y me he enterado por mi bien amado
Cringely, que escribe desde su púlpito semanalmente, así que seguramente, toda la blogosfera lo sabe ya (¿o se han quedado sólo con lo del billón y medio largo?). Pero no por ello quiero dejar de ponerlo aquí bien clarito: parece, cada día más, que la web 2.0 tiene más fundamento económico (y si no me creen,
reléanseme el Blogging for dollars de Busines 2.0) que el que nunca tuvo la burbuja 1.0 y sobre todo, que las apariencias engañan, en formato AdSense y en otros formatos publicitarios.
Por lo visto YouTube podía ganar más de lo que gastaba en ancho de banda, a base de publicidad contextual y banners, e imagino que los recientes acuerdos publicitarios con grupos mediáticos y con empresas como Google -que ahora quedan en casa- no harán sino contribuir al crecimiento de la facturación. Parece, como dice Cringely, que YouTube estaba jugando al pobre, cara a sus negociaciones, y muchos visionarios blogosféricos picaron.
Me ha llamado mucho la atención, y le he dedicado unos minutitos a buscar la retahíla de artículos que he leído a lo largo del verano, sobre la imposibilidad de la venta de YouTube, que ahora quedan ahí para la posteridad. ¿Los borraran sus autores? Si se me escapa alguno sonado, agradezco contribuciones.
YouTube es una ilusión y nadie jamas lo comprará:
Pero ...
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