Como cuando de niños nos castigaban sin comprender cuál era la pifia, a España le llegan varapalos mediáticos día sí, día no, elaborados por desconocidos expertos "internacionales" que nos ponen una y otra vez a la cola de la primera lista con la que parecen haberse tropezado.
Los españoles somos los que más fumamos, los que más bebemos, los que menos Internet tenemos, los que más telebasura absorbemos, los más bajos, los más calvos, los más propensos al dispendio. Todo lo malo representamos, todo lo pésimo acogemos. Y por culpa de Grecia y Portugal (¡ahh, dónde queda la añorada Irlanda!)
no somos ni los primeros en liderar las listas por la cola.
El último tirón de patilla de los nuevos curas laicos, viene por ser malos innovando, o mejor dicho, por ser malos no innovando. Como si no supiéramos nosotros, sin que venga nadie a recordárnoslo, que innovar innovar en España, lo que se dice innovar, ya lo hizo Colón, y a qué más. A mí,
lo de la innovación me repatea, porque casi todo el mundo apela a la innovación como antes se apelaba a la gracia divina (uso la gracia divina como
benchmark, por inspiración del
maestro Bueno). Nadie sabe muy bien qúe ni cómo, pero hay que innovar para ganarse el cielo. Y tú qué, ¿innovas? ¿Qué no? Pues vete ahora mismo a contárselo al primer periodista que pilles, para que si no innovado, te pille Dios al menos confesado. Y
cuando se innova y no se triunfa simplemente se recuerda que un exceso de innovación, en este país tan retrasado, puede ser motivo de empacho y diarrea, y que eso es lo que ha ocurrido.
Pero el estudio europeo que se ha presentado esta semana, no es de esos de la gracia divina. Son de los que definen más o menos bien qué indicadores (26 parece) se meten en el saco de la innovación. A falta de leer el estudio completo (ruego me disculpen ustedes, es que estoy muy ocupado innovando),
se cuenta en El Mundo que se innova poco en España, y que hay un indicador especialmente nefasto. ¿Adivinan ustedes cuál?
La CE considera que el rendimiento de España en innovación es "relativamente equilibrado" en cada uno de los ámbitos analizados, excepto en el relativo al "espíritu emprendedor", donde España registra un resultado "mucho más débil" y ocupa el puesto 22 dentro de la UE-25.
Teniendo en cuenta la cantidad de autónomos y pequeños negocios que hay en España, así sin leer más diría uno que el espíritu emprendedor que falta
es el del emprendedor ancho de miras, con afán de dominio mundial. Que se echa de menos a los Pizarros (no opables), Hernán Corteses o Colones para que luego la corrección política los cruja y los tache de imperialistas para arriba.
Dice Martin Varsavsky que vamos a cambiar la tendencia, y que vamos a sacar a España de la cola de la innovación tecnológica y otras cosas.
Y yo digo que no. Y lo digo porque no es una cuestión de ver el vaso medio lleno o medio vacío. Es que el vaso está vacío, y decir que el vaso se llenará sería como que un planificador de demanda dijera que el año próximo se venderá un 20% más, cuando
el histórico de los últimos cuatrocientos años dice justo lo contrario.
Y que conste que
yo soy un ciudadano del mundo (!), poco o nada nacionalista, al que igual le da que la innovación sea española que alemana o francesa, y que si no fuera porque tengo mis huevos en la cesta ibérica, me importaría un carajo que España fuera el país en el que más funcionarios hubiera ...
... ¿Ya está? ¿Ha resultado creíble?Technorati Tags: innovación, innovación en España, innovación española
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