La primera es una bonita historia sobre el poder de Internet (y de Google). Seth y su mujer se compran un cuadro de un artista neoyorkino que pinta en el dorso de viejas ventanas. Quince años después, se les cae el cuadro al suelo, y buscan en Google para encontrar al artista. Pero no lo consiguen. Entonces, prueban con
Google Answers, y al cabo de un día, les proporcinan la nueva identidad del artista que vive en Israel bajo un nombre diferente, y ya no se dedica al arte. Seth le contacta, y éste le hace llegar un nuevo cuadro por correo.
¿No es tan emocionante como un programa de
quién sabe dónde?
Link:
The Knut Masco story
La segunda es la reseña de ese proyecto que a todos los webadictos nos gustaría que funcionase: un sitio para recabar fondos para nuestro proyecto , sea este un nuevo disco, un plug-in para el iTunes, o una campaña electoral. Un marketplace de la ilusión.
Link:
Fundable.
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