A raíz de la posible compra de Yahoo! por parte de Microsoft, han surgido como setas inevitables comentarios sobre práctica monopolista (la más graciosa, indudablemente, la de Eric Schmidt, CEO de Google, en nombre de los derechos del consumidor). Desde que tengo uso de
, no dejo de plantearme mis convicciones en el campo de la economía, puesto que el
que suelo defender con entusiasmo, se basa en el libre mercado, pero el libre mercado suele terminar creando grandes corporaciones, que a su vez se dedican con ahínco a entorpecer el libre mercado (con la inestimable ayuda de los Estados).
¿Cómo hago uso de mi capacidad de intervención? Comprando el talento y haciéndolo inaccesible para empresas con menos recursos, generando lobbies (con la inestimable ayuda de los funcionarios corruptos, o para no faltar, facilones), oteando en lontananza en busca de pececillos con futuro, que puedo comprar (todo hombre tiene un precio) antes de de que crezcan lo suficiente para suponer una amenaza (leyenda es ya el caso de Yahoo!, que pudo haber comprado Google en sus inicios), etc.
Internet favorece los monopolios
Viendo lo larga que ha sido la introducción, intentaré ser breve (el término medio entre mi blog y
mi Twitter, no existe). Mi tesis es que Internet favorece la globalización por un lado, y el establecimiento de monopolios naturales por otro, derivados de la comodidad para el usuario y del concepto de
masa crítica. Un monopolio telefónico estatalmente establecido sólo puede redundar en una pérdida de valor para el consumidor, puesto que generalmente vendrá acompañado de una fijación de tarifas distinta de la que un "mercado perfecto" marcaría. Sin embargo, Amazon consigue aglutinar el trabajo de miles de personas y sus propias economías de escala en una oferta única y posiblemente imbatible una y otra vez. Si Amazon se convirtiese en un monopolio de facto, el consumidor no perdería (de hecho, no ha dejado de ganar), y en todo caso (y esto no tiene por qué ser cierto), pierde la industria del libro (si extendemos la analogía, los proveedores, como también suelen hacerlo con los hipermercados físicos, à la Wal-Mart).
En el caso de eBay es igualmente cierto. Un comprador necesita una única y gran plaza de mercado. eBay es el dueño de la plaza. Si hubiera muchas plazas, muchos rastrillos, el consumidor no podría estar seguro de que la compra que realiza es la óptima, y el vendedor vería mermada su rentabilidad por los costes de establecerse en diferentes plazas. Y como este caso, muchos más. No puede haber decenas de buscadores, uno o dos se llevarán la palma (otra cosa es que puedan ser desbancados). Que una miríada de buscadores especializados, de nicho, agregadores, etc, se lleven ciertas migas de un enorme pastel, no deja de ser irrelevante frente a la tesis de este punto.
Al final, es mejor (para la demanda) tener un
idealista, que tener diez idealistas. La oferta se resentiría si los precios de intermediación fuesen abusivos. La buena noticia, es que hasta ahora, los intermediadores son conscientes de la dinámica de la demanda en Internet, y no se ceban en las comisiones. La oportunidad de ser el único en el mundo es ganancia suficiente, para querer matar, además, la gallina de los huevos de oro.
Me parece interesante la reflexión al hilo de este tema, sobre
metabuscadores como
minube. Un agregador de agregadores. ¿Y qué tal un agregador de agregadores de agregadores? Más intermediación, ofreciendo al consumidor el valor de un único punto de búsqueda. Para los metabuscadores siempre será más difícil ofrecer funcionalidad compleja (categorización, evaluación, conversaciones cruzadas, capacidades sociales, etc) perdiendo la batalla en muchas ocasiones contra los agregados. Y si un agregador (pongamos,
atrapalo.com ) se erige en EL agregador, el agregador de agregadores deja de tener valor y desaparece. Para ilustrar mejor este punto, muchas de las innovaciones que Amazon ha introducido en la forma de vender libros, hubieran sido irrealizables desde un agregador, así que Amazon gana, y ningún "metabuscador" de libros aporta valor real.
¿Invierte la web 2.0 el rumbo?
Modelos de promoción de noticias, como Digg, tienden al monopolio. Los usuarios que envían noticias (los que cuentan, al fin y al cabo) buscan tráfico hacia sus contenidos y prefieren un único punto de entrada. Sin embargo, los "lectores" tradicionales, no necesitan un sólo medio. De hecho, la proliferación de micro-medios (comerciales, basados en ingresos por publicidad) es brutal, pero existen dos facilitadores principales. El primero: los buscadores y los agregadores RSS, que les permiten obtener el tráfico necesario para generar stock publicitario. El segundo: las agencias de medios online (las plataformas tecnológicas como Google AdSense/AdWords o Yahoo! Search Marketing). Sin ellos, hubiera sido impensable la creación de redes de blogs y de miles de sitios informativos de nicho. No habrían sido capaces de conseguir publicidad suficiente para su stock. Pero al final, no caben "muchas" redes publicitarias, con lo cual, el monopolio (oligopolio, digamos) sigue siendo evidente.
Más ejemplos de tendencias monopolistas en la web social: fenómenos como YouTube dan a entender que la gente prefiere repositorios únicos, una vez más. Que para más inri, terminan cayendo en las redes del gran pescador. Y, ¿cuántas wikipedias caben en el mundo? Nadie trabajaría en cientos de wikipedias clónicas (y no me refiero aquí a wikipedias especializadas). ¿Cuántos Twitters caben?
Más casos: LastFM vs. emisoras de radio locales. LastFM fagocitará el poder que hasta ahora tenían las emisoras nacionales y regionales. Y sólo habrá uno (multinacional). ¿Cuántas redes sociales realmente subsistirán? Incluso si diferenciamos genéricas, de verticales o especializadas, no tiene sentido que haya cientos. Los usuarios se resentirían, y no querrían trabajar en redes que no les proporcionen el valor suficiente (la masa crítica).
O sea que blogs habrá millones, pero el poder seguirá concentrándose en Internet en manos del gran capital. Veremos subidas y bajadas, pero los mercados perfectos serán escasos. ¿Nuestro único consuelo? Que al no tratarse de monopolios "concedidos", los grandes jugadores en sus respectivos terrenos de juego no se dormirán en los laureles, trabajarán incansablemente para mejorar los servicios y no se excederán en las comisiones, siendo conscientes de que la propia demanda que les llevó a lo alto del podio, podría antes o después revolverse contra ellos y tirarles abajo. Así que seguirá siendo nuestro deber, como buenos ciudadanos de Internet, escribir en nuestros blogs, quejarnos, hacer oír nuestras quejas, e influir en nuestro entorno en la medida de lo posible. Recomendable, no obligatorio.
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