Como dice
Psicobyte, con frialdad,
tras descubrir que ha sido plagiado en
La Verdad de Murcia, el periodista que lo ha hecho lo tenía fácil. La licencia
Creative Commons bajo la que se publica su blog permitía el plagio. Sólo tenía que cumplir dos requerimientos: publicar el artículo bajo la misma licencia y referenciar al autor.
No será la última vez. Siempre habrá periodistas vaguetes, esos que nunca destacarán por sus artículos, sino por ser el relleno pelotero de los medios impresos-pero-cada-vez-menos. Esos periodistas que van haciendo de la Red su collage particular. Su corta pega de la Srta. Pepis. Que toman prestado el contenido a modo sablazo, pero sin avisar. Los que no van de frente, sino degoogle y sanbloglines aprovechando que la palabra está barata y se deja pescar como nunca, cayendo sin previo aviso en su Red de arrastre.
Sólo tiene que quedarle claro al próximo periodista tentado, que el riesgo que cree que corre, es cada vez menos riesgo y cada vez más certeza. Que tiene muchas posibilidades de que el relleno patatero se le desparrame por debajo de la camisa, le desborde el cinturón hasta llegar a la blogosfera que está deseosa de noticia y denuncia. De víctima de
meme y linchamiento público.
Le advierto al periodista que decida ser el siguiente, que cada vez es más fácil pillar el plagio. Y que no lo digo por decir. No sólo es que la blogosfera crece y se multiplica, y sus tentáculos llegan cada vez más profundo. Es que conozco más de una empresa que trabaja en la tecnología necesaria para detectar el plagio. Y más de otra empresa, que la está comprando. Ya.
(Leí acerca del plagio en
Atalaya).
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