Hace tiempo pensaba que la web llegaría a convertirse en un gran espejo del mundo real. Un espejo, virtual, que cogía el relevo, lo virtualizaba y lo devolvía en el momento de la desconexión. Un espejo de Alicia que albergaría en su interior las mismas canalladas, el mismo celo, la misma pasión; todo bien digitalizadito para poder pasar por el aro. Imaginaba que el espejo lo llegaria a reflejar todo cuando la generación
beat diera paso a la generación
bit, excepciones y eremitas aparte. Un espejo espeso, tan espeso como el presente, pero con archivos, para ir dando de comer al pasado. Llegué incluso a pensar que los mapas de isobaras dibujados en él, nos ayudarían a predecir el futuro. Si John Nasbitt levantara cabeza (
is John Nasbitt dead?).
Así lo veía, como un espejo. Nunca, por ejemplo, creí que Internet fuera un medio (de comunicación), entendiendo como tal el soporte de un mensaje que tiene un emisor y un receptor. Si ondas hertzianas y un receptor de radio, uno a muchos; si teléfono y pares de cobre, uno a uno. ¿Alguien todavía cree que Internet es un medio? Que visite urgentemente
al doctor Weinberger, por favor. Para sir David Weinberger la web es un mundo. Para mí, humilde descendiente de zapatero (z, no Z), la web es un espejo. Un reflejo de muchos a muchos, interrelacionados entre sí, entrando y saliendo, llamando a las puertas. Referenciando y volviendo a ligar, mensaje con mensaje, palabras, imágenes, sonidos, pensamientos, ... noticias, estadísticas, publicidad, chat, atom, libros, pedospes, xml, skypes, rss, blojs, correos, http, foros, google, onlinepokers, comunidades, coños, éter. Sí, veo también el éter llenando los espacios muertos del espejo. Allí donde se trastocan los hechizos binarios y surgen 404s y otros sinsentidos,
déjà vus estilo Matrix.
Si me miro de cerca en el espejo me asusto. Detrás de mi deforme reflejo veo gente vocinglera que gesticula y otra que calla y sonríe, gente; solidarios, egoístas, republicanos, liberales, ególatras, chinos, hermanas, actrices, primos, izquierdistas, venezolanos.
Iraníes no. Yo veo las caras reflejadas, veo las manos que escriben (la izquierda es la derecha y
viceinversa), oigo suspiros entre paréntesis angular barra cierra paréntesis angular. Una vez puse un espejo frente al espejo, y mi módem se irritó sin saber si salir o entrar. Otra vez vi expatriados arremolinarse alrededor de un poco de morriña. También desde dentro, si se saben buscar las aberturas, se puede mirar afuera y observar el horizonte parisino desde la Torre Eiffel; o la sintética plaza mayor de Greifswald. Ahora escucho con la oreja plasmada contra el cálido cristal, y oigo que me dicen "te quiero" y creo reconocer esa voz sobre ip. Predicen que alguien intentará romper el espejo, y también que vendrán espejos mejores. El mío -mi parcelita de mundo espejeante- es bueno, muy bueno. Los harán más fuertes, más espesos, más rápidos de reflejos. Qué más da. Antes no tenía espejo. Luego tendré un simple
upgrade.
Cuando no tenía espejo no sabía cómo peinarme. Ahora voy siempre a la moda.
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